Vivian Maier nació en Nueva York en 1926. Su padre era de origen austrohúngaro y su madre francesa, lo que la llevó a permanecer en Francia varias veces en su juventud. Comenzó a trabajar como niñera en 1951, primero en Nueva York y luego, hasta los años 90 en Chicago, donde murió en la primavera de 2009.

Vivian Maier: exposición en el Musée du Luxembourg

Chicago, sin fecha © Estate of Vivian Maier, cortesía de Maloof Collection y Howard Greenberg Gallery, NY

Toda una vida pasó desapercibida, hasta el descubrimiento, en 2007, de su corpus fotográfico: una obra imponente, densa, luminosa y brillante, compuesta por más de 120 imágenes fotográficas, películas en super 000 y 8 mm, grabaciones diversas, fotografías dispersas y una multitud de películas sin desarrollar, como tantos hallazgos fascinantes. Esta pasión que lo habita y que se convertirá en una actividad casi diaria, lo eleva hoy al rango de los más grandes fotógrafos emblemáticos de la fotografía callejera, y lo hace aparecer en la historia junto a Diane Arbus, Robert Frank, Helen Levitt o Garry Winogrand.

Se pueden encontrar temas recurrentes a lo largo de la obra de Vivian Maier, que actúan como ponderaciones y equilibran su arquitectura general, definiendo desde el principio y desde sus primeras imágenes, un vocabulario, una sintaxis, un lenguaje que ella elige para contar su historia.

Escenas callejeras, su teatro favorito y los barrios populares, donde se encuentra con la vida, constituyen el primer tema de su obra. A través de numerosos retratos de extraños y personas con las que se identifica y a las que entrega una fracción de segundo de eternidad al encontrar sus miradas, Vivian Maier fija un gesto, una expresión, una situación, la gracia de las pequeñas cosas accesibles.

Y luego está el universo de los niños que ha sido suyo durante tanto tiempo, y que es también el mundo de la libertad donde el tiempo ya no existe. Está apegada a formas, ritmos, materiales y objetos que encuentra durante sus largas caminatas.

Primero en blanco y negro, y luego desde los años sesenta, con la musicalidad de los colores, juega con las especificidades de esta nueva técnica para aportar una variación a su práctica fotográfica. Probará en el cine, con su cámara super 8 o 16mm como un intento de no apurar más el tiempo sino de fijarlo al ritmo de su mirada. Lo que filma Vivian Maier no es una escena, son los movimientos de su mirada en el espacio, en busca de la imagen fotográfica.

Vivian Maier “se apoderó de la vida que estaba en todas partes donde miraba. Lo tomó en pequeñas secuencias, lo observó, lo siguió. Lo esperó en los pasillos donde dudó, la alcanzó por donde corría y dondequiera que estuviera, la encontró en todas partes tan alta, tan poderosa y vivaz ». (1)

En el corazón mismo de los temas explorados por Vivian Maier, hay un tema importante que parece estructurar todo su trabajo. Es el de la búsqueda de la propia identidad a través de sus autorretratos. Son numerosos y vienen en muchas variaciones y tipologías, y se convierten en lenguaje dentro del lenguaje. Una forma de abismo de duplicación.

La exposición del Musée du Luxembourg se estructura en torno a estos grandes ejes temáticos.

Gracias a la asistencia excepcional del Estate de Vivian Maier en el marco de esta exposición, el público tiene acceso por primera vez a 142 archivos inéditos de la fotógrafa: se presentan así nuevos análisis científicos, comparando varios aspectos de su creación. Estos trabajos inéditos permiten hacer comparaciones y correspondencias: fotografías de época que Vivian Maier supo filmar, películas en super 8 y 16 mm nunca mostradas, que nos informan sobre su búsqueda de la imagen fotográfica, grabaciones de audio que aportan una importante visión de su práctica. .

Finalmente, se presenta documentación original como un sombrero, cámaras, fotografías de estudio de finales del siglo XIX que le pertenecieron y muestran al visitante sus intereses y posibles influencias en su obra. El propósito de esta exposición es, por tanto, entretejer estos elementos y así reconstruir y presentar al público, no solo la parte visible de la obra, sino también su arqueología.

(1) Rainer María Rilke, Auguste Rodin, 1902

Informaciones Prácticas

Vivian Maier

15 de septiembre de 2021 - 16 de enero de 2022

Museo de Luxemburgo
19 rue Vaugirard, 75006 París

horario de apertura:

  • todos los días de 10:30 a 19 h.
  • noche los lunes hasta las 22 p.m.
  • cierre anticipado a las 18 p.m. el 24 y 31 de diciembre

Tarifas:

  • 13 €;
  • TR 9 €,
  • especial Joven 16-25 años: 9 € para 2 personas de lunes a viernes a partir de las 16h.
  • gratis para menores de 16 años, beneficiarios de prestaciones sociales mínimas, ilimitado con el pase Sesame Stopovers, se recomienda reservar

información y reservas: museeduluxembourg.fr