El golf es uno de los deportes más exigentes mentalmente. Requiere tal nivel de dominio que es el campo de juego preferido (por no decir la peor adicción) de cualquiera que sea un poco perfeccionista y tenaz.

Golf, una máquina bien engrasada

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Es esta íntima convicción de poder hacerlo mejor la próxima vez, de sentir que podemos esquivar esos pocos golpes que nos separan de los más grandes, lo que nos atrae y nos empuja, en su mayor parte, a volver a ello.

Esta diferencia de unos pocos trazos se explica en parte por una mecánica mental meticulosamente elaborada, por pequeños ajustes psicológicos (mentales / emociones), que hacen posible estar fisiológicamente listo (sensaciones) para involucrar la biomecánica (el cuerpo) de una manera óptima.

Tomemos por ejemplo una máquina (privada de esta facultad que tenemos que pensar, juzgar, interpretar). Si ponemos un driver, una plancha o un putter “en sus manos”. Bastará con orientarlo bien y darle una velocidad de rotación precisa para tener siempre ese mismo golpe de precisión quirúrgica. Veamos qué piensa Rory:

Todos sabemos que lo peor que nos puede pasar durante la ejecución de un golpe es estar distraídos, pensativos, ausentes ..., porque generan estas acciones, estos gestos ideomotores (inconscientes y descontrolados), que llevan a la falta.

Todas estas sutilezas se resuelven centrándose principalmente en su rutina, su forma de abordar el curso, pero también, y esto es lo más importante, durante la ejecución de su trazo. Estos mecanismos bien elaborados son la base fundamental de la regularidad en el golf. No se pueden improvisar y requieren la ayuda de un entrenador de gestión mental sabio para sacarles el máximo partido.

Es la singularidad de estas mecánicas lo que te dará las claves para estar más concentrado en lo que es bueno para tu confianza y tu juego, y lo que te alejará de estas emociones contraproducentes.

Al saber en todo momento qué hacer, y a qué prestar atención, los mejores no dudan, saben, ganan.

Es a través de la repetición que aprenderá a tomar conciencia de los beneficios de estas sutilezas, y que podrá tener una mayor influencia en su juego, un mayor margen de progreso y la esperanza de llegar a esta codiciada "zona".

“Depende de usted jugar al golf, no de jugar al golf usted mismo. "

Brice Touchard
Entrenador de golf mental.

Para más información: https://www.coach-mental-golf.fr/